sábado, 21 de junio de 2008

A veces, no es tan malo mirar atrás

Ayer me mandaron a trabajar a mi antiguo espacio laboral. Cuando me lo dijeron, no lo puedo negar, no me hizo ni una pizca de gracia. No es que no me apeteciera ver a los antiguos compañeros, ellos saben que les tengo mucho cariño, únicamente no tenía ganas de encontrar a aquellos que, nunca lo sabré, dejaron que me echaran o me echaron ellos mismos.
En fin, esta mañana he hecho tripas corazón y he ido para allá. Y muy contrario a lo que me esperaba me he sentido genial. He saludo y me han saludo los ex-jefes, quizás con un poco de hipocresía (esa nunca falta), y me he re-encontrado con los compañeros y con un lugar, que hoy me he dado cuenta, tanto me dio.
Tras hacer mi trabajo, me he ido a desayunar con los ex-compis, como siempre hacíamos antes. Así que tras macharme de allí, me he encontrado con las pilas cargadas y llena de buen rollo, increíble.

Hoy he descubierto que al mirar atrás, no te conviertes en estatua de sal.
Hoy ha sido un buen día,

No hay comentarios: