domingo, 27 de julio de 2008

Lorca vive en la Alhambra

Recorrer los jardines de verano de la Alhambra es una maravilla, aunque suene a tópico. Pero si a esa experiencia le sumas asistir al espectáculo que se está celebrando allí, podemos describir el momento como una situación única.
Ayer tuvo el gustazo de ver Poeta de Nueva York de Blanca Li. Reconozco que no soy ninguna amante de la danza pero salí de allí entusiasmada. Desde los primeros acordes de la música hasta el último zapateao de 'Lorca' permanecí sobrecogida. Si tuviera que quedarme con algún momento sería con la danza debajo de la cortina de agua. La belleza de los cuerpos de los bailarines, la expresividad que transmitían y las figuras que nacían de ella son de las cosas más bonitas que he visto en los últimos tiempos.

Mientras veía transcurrir los skets recordaba unas palabras que leí de la coreógrafa en un diario granadino: "Poeta en Nueva York fue creado para representarse en el Generalife". Cierto o no, el espectáculo se adaptaba a las necesidades de recinto, el cual se crecía más en mi cuando rememoraba las innumerables veces que anduvo por allí el poeta, ahora homenajeado. La única pega que pudo tener la noche fue que faltaba la creadora, Blanca Li, aunque para mí (y pido disculpas a la genio) no fue necesario porque su equipo de trabajo es fantástico. Por lo demás la organización fue maravillosa: refuerzo de autobuses (el 30, se coge en Plaza Isabel la Católica) para subir hasta los palacios nazaries, el recinto (es la Alhambra y espacios tan bellos como éste no pueden tener pegas), la iluminación y butacas merecen un notable alto.

Os recomiendo que vayáis a verlo, pero rápido la última representación es el dos de agosto y un consejo, comprar las entradas lo más alto posible porque el escenario es un mundo complejo donde no paran de suceder cosas y hay cientos de historias que contemplar, y si te colocas demasiado cerca pierdes parte de la visión.

jueves, 17 de julio de 2008

De vuelta al trabajo

Realmente fue ayer cuando me reincorporé a la vida laboral pero la jornada fue tan frustrante que cuando llegué a casa, no tenía fuerzas de contarte nada.

Nada más cruzar la puerta del trabajo, comenzaron las sorpresas. Mi lugar estaba ocupado por un alma cándida que viene cada verano a 'aprender', así que, por cortesía, le cedí el sitio. A continuación llegó la avalancha: "A partir de ahora te pasas a otro área para ayudar a tu compañera y, por cierto, también sigues con la tuya". Esto sólo fue el principio porque en otro punto de la empresa me esperaba una reprimenda.
- ¿Por qué no ha salido nada de lo que te encargué?, me requirió.
- Pero si estaba de vacaciones-le contesté yo.
- ¿Y por qué no lo ha hecho otra persona?"-me dijo enfadada.
Y yo que sé, me respondí a mi misma. "Pregunta a los jefes"-le dije. Pero la bronca ya me había caído.

Volví para mi nuevo asiento e hice una pequeña mudanza (libretas, agendas, bolis, carpetas...) Y me puse a trabajar. Pero al rato me di cuenta de que realmente estaba más perdida que el barco del arroz. Sin mi ordenador, tras quince días de huida y con nuevas ocupaciones me sentía descolocada. Tras varios intentos de encariñarme con la nueva ubicación, solicité el cambio. "Necesito mi ordenador, mi mesa y mis cosas"-pedí desesperada. Creo que le di tanta pena al jefe que no puso pegas para la segunda mudanza del día. Una vez de vuelta a mi 'lugar', las piezas del puzzle empezaron a encajar poco a poco. Menos mal.

Pero la vuelta al curro también tienen sus recompesas, re-encontrarse con los compis. Tengo la fortuna de llevarme bastante bien con ellos, así que, mientras me intentaba olvidar de la playa y me esforzaba por recordar dónde estaban las letras en el teclado, comentábamos cómo habían sido las dos semanitas estivales.

De esta forma transcurrió el primer día de trabajo. Con vueltas como ésta, ¿quién quiere irse de nuevo?

martes, 15 de julio de 2008

Intento fallido

Lo quiero, deseo y anhelo. Procuro no obsesionarme pero no hay suerte. Mi intentos de encontrar un trabajito por Huelva parece que no dan frutos y el período laboral de Granada ya está llegando a su fin, así que, si los astros se aliaran conmigo, éste es el mejor momento para recibir una llamadita.

Por otro lado, es un buen momento para elegir de una vez qué es lo que realmente quiero hacer con mi vida... ¿Por qué seré tan indecisa? Debo decidirlo ya, ser fuerte y tomar la decisión y, sobre todo, no tener miedo a equivocarme. De verdad, son pasos tan importantes los que debo de dar que marcarán el futuro para siempre. Una persona negativa, como suelo ser, se sentiría ante un abismo, en cambio una persona positiva, en la que trabajo para convertirme, lo vería como una aventura apasionante.



Dame fuerzas para escoger el camino más correcto.

Se acabó lo bueno

Quince días. Éste es el tiempo que han durado mis vacaciones. Un período en el que he desconectado por completo. De echo, ya ni me acuerdo de dónde están las palabras en el teclado.

Que, ¿qué he hecho? De todo y de nada. Me he dedicado a darle forma a las nubes, a pasear por la playa, tostarme pero, sobre todo, he compartido el tiempo y el espacio con mi duende personal. Eso sí, no me he bañado de noche en la playa. Esa propuesta la dejo para la próxima quincena.

martes, 1 de julio de 2008

Cerrado por vacaciones

Biquinis, camisetas, pareos, pantalones, faldas, vestidos, zapatos y todas mis cremas. Creo que no me falta nada. Pues bien, ya tengo preparada la maleta para pasar unos días en mi paraíso personal, El Portil (Huelva). Allí espero pasármelo en grande con la mejor compañía, ver a los amigos, celebrar algún que otro cumpleaños y bañarme (espero ser capaz este año) de noche en la playa.

Serán unos quince días complicados para vernos tú y yo, pero seguro que encontraré un hueco para contarte qué tal me va.

Sólo desearte que no pases mucha calor.

¡Hasta pronto!