viernes, 5 de septiembre de 2008

Gritos

Hoy es uno de esos días que te echo demasiado de menos. Esto es un desastre, un desbarajuste. Necesitamos a alguien que nos guíe y sepa poner las cosas en su sitio. Cuando pasan estas cosas entiendo porque querías irte, porque no tuviste fuerzas para luchar... pero perdona que te diga que nos dejaste muy solos. Demasiado solos, abandonados a nuestra suerte y después de cinco años de tu partida aún no hemos aprendido nada. Sólo errores y más errores y, como tú bien sabes, el resultado son gritos sobre gritos y malas caras.
Por favor, mándame un poco de luz, allí donde estés, dame fuerzas, conciencia, cabeza y paciencia porque no sé hacerlo, porque yo no soy tú.

Te reconozco que en estos momento sólo me late el deseo de marchar y construir mi propia vida, pero ¿cómo lo voy a hacer si la anterior es de esta manera?

Te echo de menos, te quiero, te necesito. Ayúdanos por favor.

1 comentario:

Vicin Ruiz dijo...

Echar de menos a alguien es lo más complicado de superar que pueda haber y en los momentos que se necesita a esa persona (que suelen ser demasiados momentos) es normal sentirse sin fuerzas para nada. En esos momentos es cuando lo mejor es pensar en quienes sí están y saber que hay que intentar sacar fuerzas (las que haya) por ellos.

En cuanto a los gritos y las malas caras, lo mejor es siempre una reconciliación a tiempo, eso sienta genial, y si es alguien cercano (hermanos, hijos, pareja...) seguro que también es capaz de poner de su parte para que haya más tranquilidad.

Sé que todo esto suena demasiado a los típicos libros de autoayuda y que no soy muy allá dando consejos, pero ojalá te sirva un poquitín para ver las cosas de otra manera.

Ánimo, que sacar fuerzas al final acaba teniendo su recompensa.

Un abrazo.