martes, 15 de julio de 2008

Se acabó lo bueno

Quince días. Éste es el tiempo que han durado mis vacaciones. Un período en el que he desconectado por completo. De echo, ya ni me acuerdo de dónde están las palabras en el teclado.

Que, ¿qué he hecho? De todo y de nada. Me he dedicado a darle forma a las nubes, a pasear por la playa, tostarme pero, sobre todo, he compartido el tiempo y el espacio con mi duende personal. Eso sí, no me he bañado de noche en la playa. Esa propuesta la dejo para la próxima quincena.

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